Dicen que la gente usa máscaras para esconder quiénes son en realidad.
Y me pregunto yo: ¿realmente funcionan?
En parte tienen cierto sentido: te tapas la cara y entras en un mundo diferente que puede ser tal y como tú quieras; tú decides qué, cuándo y cómo ocurre.
Pero al final de la noche llega el momento en que te quitas la máscara y vuelves al mundo real: tu mundo lleno de problemas y sin-sentidos.
Pongas lo que te pongas y te escondas donde te escondas, siempre acabarás volviendo a aquello de lo que huías y volverá a pasar una y otra vez hasta que te aforontes a ello.
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